No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme.
No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo.Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.
Filipenses, capítulo 4, versos 10 al 13.
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